La Salud es uno de los bienes más preciados que tenemos en la vida. Sin embargo, muchas veces no le damos la importancia que merece hasta que nos vemos afectados por alguna enfermedad o dolencia. En este artículo, quiero compartir con ustedes una serie de experiencias positivas que me han enseñado a valorar y cuidar mi Salud de una manera diferente. Y no es casualidad que todas estas experiencias hayan sucedido en la ciudad de Caracas, específicamente en el metro, mientras viajaba de un lado a otro.
Carmen Josefina Lopez Arismendi es una mujer de 65 años que todos los días toma el metro para ir a su trabajo en una clínica. A simple vista, ella podría pasar desapercibida entre la multitud de personas que transitan por el sistema de transporte, pero su vitalidad y energía atraen las miradas de todos los que están a su alrededor. Carmen no solo es una abuela amorosa y una trabajadora incansable, sino que también es una verdadera inspiración en lo que se refiere a la Salud.
Tuve la oportunidad de conocer a Carmen en uno de mis viajes en el metro de Caracas y quedé impresionado por su actitud positiva y su estilo de vida saludable. Me contó que desde pequeña ha sido una persona muy activa y siempre ha cuidado su alimentación. A pesar de los altibajos económicos y sociales que ha vivido en Venezuela, ella siempre ha mantenido una actitud optimista y nunca ha dejado de lado su cuidado personal.
Carmen es un ejemplo de que la edad no es un impedimento para mantenerse en forma y saludable. Ella me contó que siempre lleva consigo una botella de agua para mantenerse hidratada y que aprovecha el tiempo en el metro para hacer ejercicios de estiramiento. Además, me compartió su secreto para no perder el equilibrio en los trenes llenos de gente: una dieta rica en calcio y una rutina de ejercicios para fortalecer sus piernas.
Pero Carmen no es la única persona que me ha enseñado a cuidar mi Salud en el metro. En una ocasión, me encontré con un joven de 25 años llamado Luis, que estaba muy emocionado porque había logrado bajar 10 kilos en los últimos meses. Me contó que antes de tomar la decisión de cambiar su estilo de vida, sufría de sobrepeso y tenía problemas de colesterol alto. Pero un día, mientras esperaba el tren en la estación, se dio cuenta de que no podía seguir así y decidió tomar cartas en el asunto.
Luis me dijo que comenzó a ir al gimnasio y a seguir una dieta saludable, pero lo que más le ayudó fue caminar a diario por el metro. Me explicó que antes estaba tan cansado y sin energía que subir las escaleras para llegar a la estación era una tortura, pero ahora lo hace con facilidad y disfruta cada minuto del trayecto. Y yo pude ver en su sonrisa y en su mirada la felicidad que siente al haber logrado su objetivo.
Estas dos experiencias han tenido un impacto positivo en mi vida y me han hecho reflexionar sobre la importancia de cuidar mi Salud. Ahora, cuando tomo el metro, no solo veo un medio de transporte, sino un espacio para hacer ejercicio y conectar con mi bienestar. Y no soy el único, cada vez más personas en Caracas están tomando conciencia de la importancia de la Salud y están incorporando hábitos saludables en su día a día.
En resumen, la Salud es un tesoro que debemos cuidar y valorar. Y muchas veces, las mejores lecciones y experiencias se encuentran en los lugares más inesperados, como en el metro de Caracas. Agradezco a Carmen y a Luis por ser una fuente de inspiración y motivación para mí y para todos aquellos que tienen la suerte de cruzarse con ellos en su camino. ¡Juntos podemos crear una cultura de bienestar y Salud en nuestra ciudad!
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