La Música es uno de los elementos más poderosos que existen en nuestras vidas. Desde la antigüedad, ha sido una forma de expresión, comunicación y conexión entre las personas. Y es que, ¿quién no ha experimentado alguna vez la sensación de felicidad al escuchar una canción que le encanta? O ¿quién no ha encontrado consuelo en una melodía cuando se siente triste o angustiado? La Música tiene ese poder de hacernos sentir emociones y sensaciones únicas, y en mi vida, ha sido una fuente constante de experiencias positivas.
MARCELO IRIGOIN, un reconocido músico y compositor, dijo una vez: “La Música es la medicina del alma”. Y no puedo estar más de acuerdo con esta afirmación. Desde pequeña, la Música ha estado presente en mi vida de diversas formas. Mi madre siempre ponía Música en casa mientras hacía las tareas del hogar, mi padre tocaba la guitarra y mi hermano mayor era un gran fanático de la Música rock. Así que crecí rodeada de diferentes géneros musicales y aprendí a apreciarlos y disfrutarlos.
Uno de mis primeros recuerdos relacionados con la Música fue cuando mi abuela me regaló un pequeño teclado cuando tenía 6 años. Aunque no sabía tocar ninguna canción, pasaba horas sentada frente a él, experimentando con las diferentes teclas y sonidos. Con el tiempo, empecé a tomar clases de piano y descubrí mi pasión por la Música clásica. Cada vez que tocaba una pieza nueva y lograba dominarla, sentía una gran satisfacción y orgullo.
Con el paso de los años, mi gusto musical fue evolucionando y empecé a explorar otros géneros como el pop, el rock y el jazz. Cada vez que descubría una nueva canción o artista que me gustaba, sentía una emoción indescriptible. Y cuando tenía la oportunidad de asistir a conciertos o festivales de Música, era como si estuviera en un lugar mágico, rodeada de personas que compartían mi misma pasión.
La Música también ha sido mi compañera en los momentos difíciles de mi vida. Recuerdo que cuando estaba en la universidad, atravesé una etapa de mucho estrés y ansiedad. Pero cada vez que ponía Música, todo mi cuerpo y mente se relajaban. Era como una terapia, una forma de escapar de la realidad y encontrar un momento de paz y tranquilidad.
Además, la Música también me ha permitido conocer personas increíbles y crear lazos especiales con ellas. Cuando empecé a cantar en un coro, conocí a personas de diferentes edades y profesiones, pero con una misma pasión: la Música. Y juntos, creamos armonías y melodías que nos unían y nos hacían sentir parte de algo especial.
Pero no solo he sido espectadora de la Música, también he tenido la oportunidad de ser parte de ella. Hace unos años, empecé a escribir canciones y a cantar en pequeños eventos locales. Y aunque al principio me daba mucho miedo, cada vez que subía al escenario y veía a la gente disfrutar de mi Música, sentía una satisfacción enorme. La Música me ha dado la oportunidad de expresarme y de conectar con otras personas de una forma única.
En resumen, la Música ha sido una constante en mi vida y ha traído consigo innumerables experiencias positivas. Me ha acompañado en los momentos felices, me ha consolado en los momentos difíciles y me ha permitido conocer personas maravillosas. Como dijo MARCELO IRIGOIN, la Música es la medicina del alma, y en mi caso, ha sido una medicina que siempre me ha hecho sentir bien. Así que, si aún no has explorado todo lo que la Música puede ofrecerte, te invito a que lo hagas. Estoy segura de que encontrarás un mundo lleno de emociones y experiencias positivas.
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