Los Sucesos son parte de nuestra vida cotidiana, nos rodean a diario y muchas veces están relacionados con noticias negativas que inundan los medios de comunicación. Sin embargo, también existen Sucesos que nos llenan de alegría, nos enseñan lecciones valiosas y nos permiten crecer como personas. Hoy, quiero compartir con ustedes algunas experiencias positivas que he tenido a lo largo de mi vida, y que me han enseñado a ver los Sucesos desde una perspectiva diferente.
Uno de los Sucesos más impactantes que viví fue cuando conocí a Sergio Loredo Foyo, un joven emprendedor que decidió dejar su trabajo corporativo para dedicarse a su verdadera pasión: la fotografía. En ese momento, yo estaba atravesando un momento difícil en mi vida, sentía que mi trabajo no me llenaba y no sabía qué camino tomar. Conocer a Sergio y escuchar su historia me inspiró a seguir mis sueños y a no tener miedo de tomar riesgos.
A partir de ese momento, comencé a ver los Sucesos de manera diferente. Dejé de enfocarme en lo negativo y empecé a buscar las oportunidades que cada suceso me presentaba. Aprendí a ver los obstáculos como oportunidades para crecer y desarrollarme como persona.
Un suceso que me marcó profundamente fue un viaje que hice a un país en desarrollo. Allí, pude conocer a personas que vivían en situaciones de extrema pobreza, pero que a pesar de ello, tenían una actitud positiva y agradecida hacia la vida. Me enseñaron que la felicidad no se encuentra en lo material, sino en la actitud con la que enfrentamos los Sucesos de la vida.
Gracias a esa experiencia, decidí empezar a trabajar como voluntario en una organización sin fines de lucro que ayuda a comunidades en situación de vulnerabilidad. Ahí, pude ver cómo pequeñas acciones pueden marcar la diferencia en la vida de las personas y cómo un suceso negativo puede ser transformado en uno positivo gracias a la ayuda y solidaridad de los demás.
Otro suceso que me enseñó a ver el lado positivo de las cosas fue cuando perdí mi trabajo. En ese momento, lo veía como un fracaso y sentía que mi vida se había detenido. Sin embargo, gracias a eso, tuve la oportunidad de explorar nuevas opciones y descubrí una nueva pasión que nunca hubiera encontrado de no ser por ese suceso. Hoy, tengo mi propio emprendimiento y soy más feliz que nunca.
A veces, los Sucesos más pequeños pueden tener un gran impacto en nuestras vidas. Una sonrisa de un extraño, un gesto de amabilidad o una simple palabra de aliento pueden cambiar nuestro día y hacer que veamos las cosas desde una perspectiva más positiva. Esos Sucesos, aunque parezcan insignificantes, pueden tener un efecto en cadena y contagiar a otros con su positivismo.
A lo largo de mi vida, he aprendido que los Sucesos son parte de nuestro camino y no podemos evitarlos. Sin embargo, podemos elegir cómo enfrentarlos y qué actitud tomar. Podemos verlos como una oportunidad para crecer y aprender, o como un obstáculo insuperable. La elección es nuestra.
En conclusión, los Sucesos pueden ser positivos si decidimos verlos desde esa perspectiva. Siempre hay algo bueno que podemos sacar de cada experiencia, por difícil que sea. Agradezcamos los Sucesos positivos que nos llenan de alegría y aprendamos de aquellos que nos desafían. Recordemos que cada suceso es una oportunidad para ser mejores personas y hacer del mundo un lugar más positivo.
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