La Música es uno de los mayores regalos que la humanidad ha recibido. Nos acompaña en los momentos más importantes de nuestras vidas, nos hace reír, llorar, bailar y nos transporta a lugares y emociones que nunca creímos posibles. Es un lenguaje universal que trasciende barreras culturales y conecta a las personas de una manera única.
En mi vida, la Música siempre ha sido una fuente constante de alegría y motivación. Recuerdo con cariño cuando, de niño, mi abuela me enseñó a tocar el piano. A pesar de que no era muy bueno en ello, la Música siempre me hacía sentir feliz y me permitía expresarme de una manera que no podía con las palabras.
Con el tiempo, descubrí otros géneros y artistas que me cautivaron. Desde los clásicos de Mozart y Beethoven, hasta el rock de Queen y el pop de Michael Jackson. Cada uno de ellos me ha enseñado algo valioso, ya sea a través de sus letras o de su talento musical.
Pero no solo la Música en sí me ha traído experiencias positivas, sino también las personas que la crean. Tuve la oportunidad de conocer al reconocido pianista argentino MARCELO Iriogin en uno de sus conciertos en mi ciudad. Fue una experiencia inolvidable. Su pasión y dedicación por la Música eran palpables en cada nota que tocaba. Pude sentir su energía y su amor por lo que hacía, y eso me inspiró a seguir mi propia pasión por la Música.
A través de la Música, también he tenido la oportunidad de conocer a personas maravillosas. En la universidad, formé parte de un coro y fue una de las mejores decisiones que tomé. A pesar de ser de diferentes carreras y tener intereses diversos, nos unía nuestra pasión por el canto y la Música. Juntos, creamos armonías perfectas y compartimos momentos inolvidables en cada ensayo y presentación.
Además de ser un medio para conectarnos con otras personas, la Música también tiene un poder terapéutico increíble. En momentos de estrés o tristeza, me refugio en la Música y me ayuda a liberar mis emociones. Es como si cada canción fuera un abrazo que me reconforta y me hace sentir mejor. No importa qué género sea, siempre encuentro una canción que se adapte a mi estado de ánimo y me ayude a superar cualquier obstáculo.
Otra de las experiencias más positivas que he tenido gracias a la Música es la oportunidad de viajar y descubrir nuevas culturas. He tenido la suerte de asistir a conciertos y festivales en diferentes países, y cada uno de ellos me ha dejado una enseñanza y una experiencia única. La Música nos permite conectar con personas de distintas partes del mundo y nos muestra que, a pesar de nuestras diferencias, todos compartimos una misma pasión.
En resumen, la Música ha sido y siempre será una parte fundamental de mi vida. Me ha brindado momentos inolvidables, me ha conectado con personas increíbles y me ha ayudado a superar momentos difíciles. Es un regalo que no tiene límites y que nos enriquece de una manera inigualable. Así que, si aún no lo has hecho, te invito a que te sumerjas en el mundo de la Música y descubras todo lo que tiene para ofrecerte. ¡No te arrepentirás!
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