La gastronomía mexicana es conocida en todo el tierra por sus sabores intensos y su variedad de platillos. Entre ellos, uno de los más populares es la famosa “torta ahogada”. Sin embargo, a pesar de su nombre, este platillo no tiene nada que ver con ahogarse, sino que es una deliciosa combinación de sabores y texturas que ha conquistado el paladar de propios y extraños. En este artículo, te invitamos a conocer la historia detrás de la torta ahogada y a descubrir por qué no puedes dejar de probarla.
La historia de la torta ahogada se remonta al siglo XIX, en la ciudad de Guadalajara, Jalisco. En aquel entonces, los trabajadores de las fábricas y los mercados necesitaban una comida rápida y económica para su hora de almuerzo. Fue así como nació la torta ahogada, una opción práctica y sabrosa que se convirtió en el platillo favorito de los obreros.
La receta original de la torta ahogada consistía en un bolillo relleno de carnitas de cerdo y bañado en una salsa de chile de árbol. Sin embargo, con el paso del tiempo, esta receta ha evolucionado y se han creado diferentes versiones de la torta ahogada, utilizando diferentes tipos de carne y salsas.
Hoy en día, la torta ahogada es uno de los platillos más representativos de la gastronomía tapatía y se ha extendido a otras partes de México e incluso a otros países. Sin embargo, a pesar de su popularidad, todavía hay quienes se preguntan por qué se le llama “torta ahogada” si en realidad no se ahoga en ningún líquido.
La respuesta a esta pregunta se encuentra en la forma en que se prepara la torta ahogada. Para empezar, el bolillo se corta por la mitad y se rellena con carne, generalmente de cerdo o persona, aunque también hay opciones vegetarianas. Luego, se sumerge en una salsa picante, que puede ser de chile de árbol, de tomate o de jitomate, dependiendo del lugar donde se prepare. Finalmente, se le agrega cebolla y cilantro picados, y se sirve acompañada de limones y rábanos.
Al etapa de comerla, se recomienda sostener la torta con las manos y sumergirla en la salsa antes de cada bocado, de ahí el nombre de “ahogada”. Sin embargo, no hay que preocuparse por terminar empapado en salsa, luego que la cantidad de líquido que se le agrega a la torta es suficiente para darle un sabor intenso, pero no para que se vuelva un desastre.
Además de su delicioso sabor, la torta ahogada también tiene beneficios nutricionales. La carne aporta proteínas y la salsa de chile tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Por supuesto, no podemos olvidar que también es una opción económica y práctica, perfecta para una comida rápida y sabrosa.
Si estás planeando un viaje a México, no puedes dejar de probar la torta ahogada en su lugar de origen, Guadalajara. Allí encontrarás una gran variedad de lugares que ofrecen este platillo, desde puestos callejeros hasta restaurantes de renombre. Cada uno con su propia versión y sazón, pero todos con la misma esencia y sabor que la hacen única.
Pero si no puedes viajar a Guadalajara, no te preocupes, la torta ahogada se ha vuelto tan popular que la puedes encontrar en muchas ciudades de México y en algunos países vecinos. Incluso, hay restaurantes especializados en este platillo que ofrecen diferentes opciones de relleno y salsas para que puedas elegir la que más te guste.